¿Tu mascota tiene calor? ¡No le rapes!

Atravesamos el hemisferio de mayo y el calor se torna más intenso conforme pasan los días, indicando que falta poco más de un mes para la llegada del verano. Los peludos ya lo notan, y a nosotros nos preocupa saber cómo actuar para hacerles más llevadera la próxima temporada. Una que, según dicen, será más dura que la de años anteriores.

Si nuestros conocimientos sobre mascotas son escasos, una de las soluciones que podríamos plantearnos es darles una pasada rápida con la maquinilla de afeitar. Es una deducción lógica, teniendo en cuenta que los humanos estamos acostumbrados a hacerlo y suele dar el resultado esperado. Sin embargo, aplicado a perros y gatos, el rapado es más un error que una solución.

Los expertos llevan años manifestando su rechazo al rapado, y lo hacen por dos motivos: el primero tiene que ver con su biología, mientras que el segundo se refiere a la autoestima. Pero antes de explicaros esto, es fundamental saber que no existe un único tipo de pelaje. Los hay lisos o rizados, cortos o largos, más duros y blandos… y todos tienen su por qué en relación a las necesidades del pequeño. Es decir, no está ahí por capricho.

Resulta que los animales regulan su temperatura corporal de manera diferente a como lo hacemos nosotros. Su piel no transpira, por lo que se refrescan sacando la lengua fuera y a través del pelaje, que ralentiza la absorción del calorSí, habéis leído bien: ¡no solo les sirve en invierno! Por tanto, rapar a tu perro o gato significa dejarle sin defensas ante los cambios de temperatura, y más expuesto a otros peligros como erupciones, quemaduras, arañazos o picaduras de mosquito (y ya sabemos lo que estos traen…).

En segundo lugar, se debe tener en cuenta el impacto que causaría el cambio en la mente de la mascota. Como no podemos preguntarle directamente, es imposible saber si le apetece o le parece una idea horrible. Por eso es mejor no jugársela, ya que rapando nos arriesgamos a generar traumas o depresiones… Esto sucede, sobre todo, con razas de pelo largo como los huskies siberianos o los samoyedos, que son super coquetos.

Por tanto, la mejor forma de ayudar a nuestro perro o gato a superar la chicharra veraniega es cuidando su pelo con mayor asiduidad. ¿Cómo? Quitando los enredos, eliminando pelo muerto, bañándolo para quitar restos y, si procede, recortando un poquito. Puedes llevarlo a una peluquería si no dispones de tiempo o te ves incapaz de afrontar el reto, pero también es posible hacer esto en casa con los instrumentos adecuados: rodillos pegajosos, rastrillos, cardas, cortanudos… Al margen de lo que decidas, es esencial que mantengas la costumbre de cepillar a tu amigo diariamente.

Si quieres saber más sobre el cuidado del pelaje, te recomendamos que estés atenta a nuestro Instituto de Mascotas porque en breve lanzaremos el curso de Peluquería y estética canina en casa.

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