El imaginario colectivo nos ha empujado a pensar que los gatos son los únicos animales domésticos con miedo al agua, pero algunos perros también la padecen. En el mejor de los casos, la fobia puede reducirse a lugares como piscinas y playas; en el peor, veremos cómo lo pasa mal incluso en un baño rutinario por el estrés que le provoca la situación. Esto suele darse, sobre todo, cuando el peludo viene de sufrir alguna experiencia traumática.
Precisamente, hoy queremos centraros en el segundo caso. Si tu amigo se ensucia poco cuando lo sacas a jugar, con suerte solo pasaréis el mal trago una o dos veces al mes. Pero si es muy activo por su edad o forma de ser, no te quedará más remedio que afrontar la dificultad casi cada semana. También dependerá de cómo sea su pelaje y cómo sea su rutina en casa. En cualquier caso, debes ayudarle a relajarse y convertir la ducha en una buena experiencia contigo.
El proceso es similar al que os contamos en nuestra entrada anterior con la colocación del bozal. En primer lugar, debemos evitar un comportamiento agresivo para llevarlo a la bañera. De haberlo intentado antes así, él ya sabrá dónde intentas llevarlo y se resistirá con todas sus fuerzas. Acompáñalo dejando claro que mandas tú, pero sin forzarlo. Utiliza arnés para evitar una fuga y prémiale con caricias o golosinas según os vayáis acercando al sitio.
Una vez allí, llega la parte más difícil: convencerlo para entrar. Nunca intentes meterlo de golpe. Como hemos dicho, el objetivo es que vea esta situación como un momento agradable a disfrutar en tu compañía. Lleva a cabo una rutina de preparación dentro del aseo: cepíllale los enredos del pelaje y abrázalo si aún tiembla o gime. Cuando notes que se ha relajado un poco, ve introduciéndolo en la bañera con más refuerzos positivos.
Evita llenar la tina. Mójalo con la alcachofa poco a poco, procurando que el agua esté tibia. Si además acompañas esto con palabras dulces, mucho mejor. Recuerda que los perros son muy listos y pueden entender cómo te sientes en cada momento, así que debes transmitir calma para que él se contagie. También puedes probar a distraerlo llevándole alguno de sus juguetes preferidos, o dándole algunos nuevos que pueda utilizar solo en ese contexto. ¡Imprescindible que sean de goma e impermeables!
Sé cuidadoso al aplicar el champú. El contacto con los oídos o la mucosa de los ojos lo tensará y le provocará infecciones graves a corto plazo. En este sentido, es importante utilizar productos especiales para perros. Al igual que los humanos, ellos tienen multitud de líneas adaptadas a sus necesidades. En Mascotetes nos encantan el champú especial pieles sensibles de Frontline Pet Care y el de Bayer para neutralizar olores, que además dejan su pelaje brillante y fuerte. Masajéalo con lentitud y paciencia.
Una vez hayas aclarado a tu peludo, sécalo con una toalla y vuelve a premiarlo. Si no has llenado la bañera podrás hacerlo dentro. Hay dueños que prefieren terminar el baño con una buena pasada de secador, pero si es la primera vez deja la prueba para otro momento. Podría disgustarle, y lo que menos necesitas es que asocie el baño con otra experiencia negativa.
Por desgracia, hay situaciones en las que bañar a un perro acuafóbico es mucho más difícil. Si se torna agresivo, lo mejor es que gestiones la situación con ayuda de un buen etólogo, el profesional de la psicología en el ámbito animal. Piensa que para él salir de la bañera es cuestión de supervivencia y le importará poco que seas su mejor amigo.
Una buena alternativa de emergencia al baño al uso es utilizar champús secos. Repetimos: de emergencia. En ningún caso la higiene del perro debe reducirse a este tipo de productos. Los que os recomendamos son, una vez más, de las casas Bayer y Frontline Pet Care. El segundo es también acondicionador.
Si la tarea de mantenerlo limpio se te hace imposible de cualquier manera, la mejor solución será llevarlo a una peluquería canina. Unas manos expertas en cuidado animal pueden conseguir verdaderos milagros. En este sentido, te recordamos que Mascotetes cuenta con centro propio de estética perruna. Nos encontramos en Dènia (Alicante), en la Plaza de Benidorm, 11. ¡Siempre a tu servicio!