Como decía Pocahontas, los humanos tenemos la malísima costumbre de apropiarnos cada pedacito de tierra que hay a nuestro alcance. Quizás, por eso nos sorprende hoy en día descubrir lugares donde eso no ha ocurrido y la naturaleza virgen campa a sus anchas. En la costa oeste de la Cerdeña (Italia) existe una de esas zonas intactas, protegida la mirada vigilante de unos guardianes muy especiales: Su Pallosu.
Su Pallosu, situada en la provincia de Oristanu, es la única playa conocida en la que los mininos son bien recibidos. Habitan este enclave natural desde hace aproximadamente un siglo. Sin embargo, la colonia actual tiene su origen en los años 80: el pueblo costero de San Vero Milis se vio afectado por una plaga de ratones y los pescadores encontraron la solución en nuestros cazadores preferidos.
A día de hoy, la Assoziacione Culturale Amici di Su Pallosu (web en español) mantiene el control de la colonia. Desde 2011 es un refugio oficial donde han ido a parar varios gatos abandonados, aunque por el momento han cerrado las admisiones. Un total de 61 ejemplares –24 machos y 37 hembras– forman parte de esta gran familia, y 21 chiquitines viven en un refugio por motivos de salud o seguridad. Todos están, por supuesto, vacunados, chipados y en las mejores condiciones.
Además de esto, la protectora organiza actividades gratuitas para turistas. Se puede visitar el santuario de manera guiada con una reserva previa y un grupo máximo de 10 personas. Estas condiciones tan estrictas se deben, primero, al bienestar de los gatos; y segundo, a que Su Pallosu es un espacio privado. Pertenece a la familia del artista Gianni Atzori, que compró la playa en 1961. El recorrido planificado por Andrea Atzori e Irina Albu, dirigentes del refugio, consta de siete etapas donde se mezcla la atracción de los gatos con la historia del lugar y el famoso maestro Atzori.
Si todavía estás pensando en tu destino vacacional, puede que ya lo hayas encontrado. ¡Los mininos de Su Pallosu te esperan!