Vacaciones animales: miniguía para ir de viaje con mascotas

Llevas meses planeando ese gran viaje que te hará olvidar por unos días el estres y el aburrimiento de la rutina. Esta vez será especial, además, porque has decidido incluir a tu mascota en el plan. La gran fecha se acerca y comienza la parte más difícil: ¡los preparativos! Y es que ir de vacaciones con animales es una experiencia sin igual, pero también implica sumar tareas a la lista de cosas por hacer antes de marcharse. En Mascotetes lo sabemos bien, y por eso te hemos preparado una pequeña guía para orientarte si es la primera vez que lo haces. ¿Lista? ¡Cooomenzamos!

 

Esencial: ¡ten su documentación en regla!

No importa donde vayas, has de procurar que los papeles de tu compañero animal estén siempre actualizados y reflejen su situación real. Hablamos de certificados legales –su “DNI” y pasaporte– y veterinarios, que verifiquen la buena salud del animal o informen de cualquier enfermedad. En este sentido, como imaginarás, debe llevar todas las vacunas al día. Dentro de la Unión Europea, hay países que piden requisitos muy concretos: estos se encuentran en su normativa zoosanitaria. Si viajas fuera de la Unión Europea, tu amigo también deberá llevar microchip y, en caso de desplazaros a un país con riesgo alto de contraer la rabia, un estudio serológico antirrábico.

 

Normas en el transporte público y privado

Según a qué transporte atendamos y las características de nuestro compañero, tendremos que ajustarnos a una serie de normas muy firmes. Entre estas se encuentran las anteriores, pues ante todo las empresas deben actuar conforme a la Ley.

En nuestro artículo sobre el bozal ya adelantábamos que en el transporte público hay algunos criterios comunes: solo se permite un único animal por pasajero y debe permanecer siempre cerca de su dueño. Los gatos han de viajar en transportín, y los perros también a menos que porten correa y bozal. En Cercanías el horario de paso con animales es limitado, aunque tienes la ventaja de no pagar un segundo billete por él. En AVE y trenes de Larga Distancia se detalla incluso un límite de peso, de 10 kilos, y el tamaño máximo de la jaula: 60x35x35. Para estos servicios sí es necesario comprar el acceso, con un coste del 25% de la tarifa general.

Para el transporte privado, lo normal es que la mascota tenga que viajar en la bodega. Infórmate de las condiciones antes de aceptar, porque el espacio podría estar mal acondicionado o no ser apto para tu mascota por motivos de salud. Así es en los autocares y algunos aviones comerciales. Otras empresas de viajes en altura sí dejan tener animales en cabina siempre y cuando estén por debajo de cierto tamaño… Y siempre, en transportín. En cualquiera de ambos casos, el precio de tu vuelo subirá.

 

Seguro para mascotas

Podría sonarte un poco extraño, pero en nuestro país ya existen empresas que ofrecen seguros para mascotas. Es más: en algunas comunidades autónimas, como Madrid o el País Vasco, es obligatorio para perros de razas “peligrosas”. Este servicio cubriría cualquier daño causado por el animal y, según las condiciones, también facilitaría la recepción de asistencia sanitaria en clínicas asociadas.

 

El equipaje

Incluir perros o gatos en las vacaciones también supone cargar con una maleta extra. El tamaño del equipaje dependerá del lugar al que vayamos, aunque hay objetos y productos básicos: lleva siempre un bebedero, comida y snacks, una correa y algún juguete para entretenerle. De viajar a zonas frías, incluye mantas y ropa de abrigo para ambos. Y si está malito, ¡no te dejes su medicación! Además, por precaución, apunta en varios sitios el número de tu veterinario de confianza. Nunca sabes lo que puede suceder.

 

Elige un destino agradable para los dos

Tu amigo tiene el mismo derecho que tú a disfrutar el viaje. Si no encuentras un hotel de mascotas en el que dejarle, procura que tu hotel o apartamento sea pet friendly: es decir, que le permitan quedarse contigo. Si llevas un perro, cerciórate de que tu lugar vacacional también cuente con zonas para él: un parque, una playa canina… El pobre animal necesitará divertirse y hacer sus necesidades, como todo ser viviente. En este sentido, es importante que respetes sus horarios de comida y paseos para evitar posibles trastornos.

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