¿Sabías que es posible tratar determinados padecimientos con ayuda de los animales? Es lo que se conoce como zooterapia, y aunque se lleva practicando siglos es ahora cuando somos más conscientes del gran papel que juega en nuestra rehabilitación. Si bien esta colaboración ha destacado siempre en el ámbito de las dolencias físicas –gusanos que limpian heridas, veneno de insectos y serpientes en medicamentos, tratamiento de la discapacidad motriz con equitación–, nuestros amigos han resultado ser muy beneficiosos en terapias para personas con discapacidad intelectual, neuroatípicas (TDAH, autismo, Asperger) y el tratamiento de depresiones. La especie utilizada depende mucho las necesidades de los pacientes, pero los animales que más triunfan son leones marinos, delfines, perros… ¡y gatos!
¿Y qué pueden aportar los mininos? Pues contribuyen a disminuir los niveles de estrés y ansiedad. Acariciarlos y escuchar sus ronroneos estimula la segregación de serotonina y dopamina, dos neurotransmisores ligados a la relajación; y jugar con ellos arranca más de una carcajada por sus curiosas reacciones. Es evidente que no sustituyen una medicación recetada, pero tienen la gran ventaja de mejorar el estado anímico sin alejarnos de la realidad como efecto secundario.
Otras consecuencias positivas son la disminución de la presión sanguínea y la frecuencia con que late el corazón. Así pues, son altamente recomendables ante problemas cardiacos. Además, según diversos expertos convivir con un gato, tocar su pelaje y escuchar sus maullidos retrasa la degeneración neuronal, facilitando a la vez la retención de viejos recuerdos asociados al animal de alguna manera.
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De forma paralela, los felinos son grandes aliados de nuestro sistema inmunitario en la infancia: el contacto con la caspa de su pelaje lo fortalece y nos hace más resistentes a ciertos alérgenos, causantes del asma y las alergias. Asimismo, un pequeño que viva cerca de un gato tiene menos probabilidades de contraer in y fecciones respiratorias y otitis. Esta fue la conclusión a la que llegó un grupo de investigadores a través de un estudio con 397 niños y niñas menores de un año.
Por último, pero no menos importante, un gato enseña responsabilidad. Que podamos adoptarlo con fines terapéuticos no nos exime de atender sus necesidades, porque las tiene como todo ser vivo. Come, hace sus necesidades, su pelaje requiere cuidados continuos y necesita mimos. Debemos recordarlo cada día, y hacérselo saber a los demás miembros de la familia.
Tal es el peso de los gatos como herramienta terapéutica que ya existen incontables negocios donde pasar agradable rato en su compañía: los cat cafés. El origen de esta idea es taiwanesa y se popularizó en Japón. Allí, las cafeterías con animales están muy asentadas y tienen gran éxito.
En España contamos con nuestro primer cat café en el año 2013. Se llamó La Gatoteca y está en el barrio madrileño de Lavapiés. A partir de ahí surgieron el Espai de Gats (Barcelona), Cat Relax (Alicante), El Passatge dels Gats (Valencia) y otros. Aquí, todos son gestionados por entidades sin ánimo de lucro que, a la vez, buscan posibles adoptantes para los mininos.
¿Te hemos convencido pero tu situación te impide meter un animal en casa? Tenemos una solución temporal, ¡aunque no se pude comparar a la experiencia gatuna completa! Existen aplicaciones enfocadas a la relajación, como ya imaginarás, y algunas se centran en el poder de la gatoterapia. Se para dispositivo móvil o PC, estos programas te permiten escuchar un ronroneo continuo totalmente personalizable. Algunos de los mejores son:
– Purring Cat (Android).
– Purrli (PC).
– Furry Friend (PC).
– KittyKey (iOS). Esta curiosa app tiene multitud de funcionalidades, y la mejor de todas ellas es que utiliza el ronroneo como sonido de teclado. ¡Se acabaron las discusiones por Whatsapp!
¡Feliz miérCATles a todos!