¿Sabías que tu pequeño necesita de un periodo de adaptación para acostumbrarse a subir en coche? Aquí te dejamos unos cuantos consejos para que vuestros trayectos juntos sean realmente placenteros.
Muchos perros se marean y empiezan a jadear cuando suben a un coche. Una acción tan simple como esta puede convertirse en todo un reto si no lo has acostumbrado a ello durante la infancia. Los expertos recomiendan adaptarlo durante su etapa de socialización, antes de los cinco meses, o el agobio puede ir in crescendo a cada trayecto que realicéis juntos. Además, con la edad se les hace más difícil reaprender conductas.
Para evitar que tu peludo coja miedo al vehículo, lo mejor es someterlo a un entrenamiento diario que lo lleve a normalizarlos. Organiza sesiones cortas en las que practique tanto la entrada como la salida, enseñándole también cómo debe comportarse una vez hayas cerrado la puerta. Hazlo primero con el motor apagado, y una vez se haya acostumbrado repite los ejercicios con el motor encendido. Procura recompensarlo con mimos y otros premios cada vez que lo haga bien.
Cuando tu cachorro ya se muestre cómodo, llévalo en recorridos cortos y ve alargándolos de forma progresiva. Y, sobre todo, haz que los viajes iniciales estén relacionados con experiencias positivas: ir al parque, visitar a otros amigos perrunos… ¡tú decides! Si eliges el veterinario como primer destino, en especial para ponerle vacunas, solo conseguirás que el animal asocie subir al coche con algo doloroso.
Ten en cuenta que algunos pequeños se sienten más resguardados en un transportín. Esta puede ser una buena fórmula para viajar. O, como alternativa, puedes usar un cinturón especial de seguridad para que esté atado durante el trayecto. Esto evitará que pueda moverse libremente por el coche y sufráis un accidente. Si ya es más adulto y se pone muy nervioso al viajar existen muchos productos que le pueden ayudar a calmarse.
Si realizas viajes largos, procura realizar un descanso cada dos horas y sacar a tu perro. Como nosotros, ellos también necesitan estirar las piernas y hacer sus necesidades. De igual forma, te recomendamos no darle de comer al menos cuatro horas antes del viaje y proporcionarle agua a menudo, pero no en grandes cantidades, por si es propenso a marearse.
Y por supuesto, nunca lo dejes solo en el coche. Especialmente, cuando haga calor.