Los perros son animales muy sensibles a los golpes de calor y, como sus dueños, debemos asegurar que se encuentren en unas condiciones inmejorables. Una de las áreas que más se recomienda vigilar durante el verano es la de alimentación, puesto que la comida debe ser su fuente secundaria de hidratación. Si la dieta del perro tiene como base el pienso seco, tendremos que modificarla para hacerla mucho más diversa; si no tomamos nosotros la iniciativa, es probable que el perro deje de comer al cabo de un tiempo porque el plato ya no le satisface como antes.
Se recomienda, sobre todo, darle platos húmedos y repartir las tomas en las horas más frescas del día. También, si disponemos de tiempo, podemos buscar webs especializadas en cocina para perros y atrevernos a prepararle algúna receta casera. Los ingredientes esenciales suelen ser pollo y arroz, dado que son saludables para nuestros amigos peludos. Si bien no les aportan mucha agua, son muy atractivos al olfato y los animará a comer. Por supuesto, ¡hay que evitar la sal y cualquier tipo de especia!
Los perros también toleran bien ciertas verduras y hortalizas hervidas. Por eso, hay quienes añaden a sus recetas trocitos de zanahoria o guisantes, o usan pepino o pimiento a modo de picoteo. De igual forma, son beneficiosas la alubia verde, la patata, la batata, la calabaza y el tomate maduro. En pequeñas cantidades, podemos darles espárragos crudos o brócoli cocido. Por último, hay que evitar la cebolla, el puerro y el ajo: ¡provocan anemia!
Otros complementos ideales para hidratar son las frutas frescas. Aquí también debemos ser cuidadosos, puesto que hay algunas nocivas y otras cuyas semillas son tóxicas por su alto contenido de cianuro. En el primer grupo estarían las uvas y las grosellas. En el segundo, la manzana, la cereza, el melocotón y el albaricoque. Como frutas casi totalmente libres de peligro, y que son super refrescantes, podríamos mencionar el melón y la sandía, la fresa, el kiwi y la piña. Mucho ojo, ¡porque las frutas en almibar y los frutos secos no cuentan!
El yogur podría ser un refrescante tentempié al que recurrir de vez en cuando. No es nocivo como otros subproductos porque los lactobacilos ya se han encargado de eliminar cualquier rastro de lactosa. Podemos dárselo al natural o, si el calor aprieta, en forma de polo. Con un poco de tiempo e imaginación, ¡podremos hacer helados perrunos riquísimos!
En cualquier caso, mantendremos una alimentación centrada en proteínas animales –un 90% de la dieta– para que su sistema digestivo trabaje correctamente. Aunque con la domesticación han ido tolerando las frutas, las verduras, algunas legumbres y el pescado, los perros siempre han sido criaturas carnívoras. Muchos dueños aún desconocen este dato e introducen a su compañero canino en dietas nocivas. En el mejor de los casos solo les generan molestias estomacales; en el peor, la muerte. Así pues, ¡nunca perdamos de vista este dato!